31 mayo 2008

Nada


Fue la última semana de febrero; justo cuando la minúscula protuberancia de tejido artificial acabó de desprenderse por completo de la base de mi dedo medio; un pequeño regalo de Babble. Vine a París por enésima ocasión, esta vez con la misión de evaluar el trabajo de un(a) artista del underground de esta ciudad, autonombrada Preetypinkrose, como un conocido virus de computadora que circuló el año pasado, y que linkeaba cámaras de vigilancia de oficinas de la policía en las webcams caseras. Nada mejor que una gran ciudad y un Server en la China central para ser un verdadero asceta en este mundo. O un anónimo absoluto.

Hace una semana, todos los Smartphones, iPhones, Anots y cualesquier otro portátil con GSM fueron alterados, durante un par de horas, por la palabra “Nada” escrita en todos los idiomas posibles. La compilación se hizo desde el traductor de Wikipedia y se enlazó a un sitio perdido en alguna provincia del Yang-Tze, desde donde se hackearon los setenta satélites norteamericanos que se usan para el posicionamiento global. Pero la orden se dio desde un caber turístico cerca de hotel Petit Louvre, en la Rue Lamartine.

Si estabas en Paris y querías consultar algo, desde tu posición hasta tu directorio telefónico o tus mensajes de texto, lo único que encontrabas era la nada. Literalmente. Las autoridades parisinas se enfurecen por la impotencia ante tales actos, si bien no han sucedido mas que un par de veces en los últimos cinco años, hoy un desplante así causa una multa impagable y hasta veinticinco años en una prisión de alta seguridad.

La ciudad entera se desbalancea; la gente pierde el sentido de orientación. Hubo disturbios en algunas zonas, tré parisien, por cierto: algunos Peugeots en llamas y un par de almacenes saqueados. La ironía es transparente. Así de adheridos estamos a nuestros gadgets. Así se evidencia nuestro desfase –o déficit- en relación a la tecnología. A partir de un albur momentáneo de la misma, perdemos toda traza de civilidad; volvemos de inmediato al grado cero de la evolución.

Según leí en la prensa, unas horas después todo había vuelto a la normalidad. Como suele suceder, la seguridad en materia de telecomunicaciones se ha vuelto infranqueable. Al menos por ahora. He quedado de ver a unos amigos para recabar mas información y tratar de hacer contacto con el (la) artista. Quiero saber que mas hace, cuales son sus planes y si alguien puede sufragarlos. Saco mi Smartphone del bolsillo y les texteo un mensaje simultáneo. Espero que estos sigan siendo sus números.